Una obra de intriga en la que no falta ninguno de los elementos propios del género. A lo largo de todo el relato se cierne un interrogante y no tendrá respuesta hasta el último párrafo de la novela. Se trata, nada menos, que del secuestro del hijo único del Presiendte de los
EE.UU. El FBI, la CIA, Scotland Yard, intervienen con todos sus medios para descubrir a los secuestradores, pero es Quinn, el Negociador, quien logra ponerse en contacto con ellos y concluir un trato. Pero fracasa de modo trágico. Sin embargo, esto no es más que el comienzo de una persecución encarnizada para descubrir a los culpables.
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