lunes, 18 de noviembre de 2013

Los marcados

Enloe, un caballista más feo que Reiziger y Ronaldinho más los ojos de Ozil, se tiene que ir de su ciudad por que varios pistoleros se la tienen jurada. Él, aunque sea "El Santo", juró a su nieta hace diez años que no volvería a usar sus revólveres. Pero llega a otra ciudad y como es tan feo, todo el mundo se mete con él. Se hace amigo de sus caballistas y entre los tres acabarán con los secuaces de Gerald, el tratante de ganado, que tiene a toda la ciudad acojonada. El final, no me ha gustado, así que os lo leéis si queréis saberlo.

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