domingo, 3 de marzo de 2013
El hombre de San Petersburgo
En 1914, el mundo estaba en vísperas de la Gran Guerra. Tanto Francia e Inglaterra como los Imperios Centrales trataban de conseguir el apoyo de Rusia, que podía decidir el desenlace de la futura contienda. En tales instantes cruciales de la Historia, Lord Walden y el joven Winston Churchill esperaban la llegada del príncipe Orlov, enviado por el zar a Londres, en misión secreta. Pero el príncipe no fue el único en llegar a Londres, pues un enigmático personaje, procedente de Siberia, le seguía los pases.
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