26/10/12. Estoy durmiendo y de repente escucho ladridos procedentes del cuarto de estar. Pienso que son de "Sindy", nuestra cocker fallecida (
ayer ví un perro beagle; hemos estado a punto de comprar uno igual) y me despierto a toda pastilla para comprobarlo. Asomo la cabeza y veo a mi madre en el sofá sentada (
hace años que duerme allí, porque dice que el Aita ronca y la despierta - y ella se cree que no ronca, que cuando voy al baño por las noches, entre los dos parece un concierto o una piara) y a Sindy en el suelo toda rígida y una especie de
txapapote cubriendo su cuerpo, como lo que hace el agente
Smith en
Matrix. Me siento a su lado y veo que la "cosa" (
que parece el ente extraterrestre simbionte de Spiderman, el que le convierte en Venom) se le intenta poseer o engullir. Cojo un mechero y le meto a la "cosa", que huye del fuego y va quitándose de Sindy. A la vez se oyen gritos como si el fuego le hiciera daño. (
O igual es Sindy con chillidos lastimeros de los perros). Al final, cuando parece que va a desaparecer, engulle a Sindy se me echa encima de mi cuerpo. Entonces, me doy a mi mismo el "tratamiento" del mechero. Va desapareciendo y donde me doy con el mechero van surgiendo manchitas rojas de quemazos. Cuando acabo de matarlo, aunque noto que se me han quedado algunas manchas negras en la parte izquierda de la camiseta blanca, oigo un grito ensordecedor, como procedente del
averno, agudo, sombrío, como que ha muerto alguien, tenebroso, vamos que me entra hasta el alma y me
giño en los gayumbos. Y en ese mismo instante, mi padre abre la puerta de casa llamando a mi madre:
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Ozil, sin que Pepe le haya dado |
- Baja que ha muerto alguien. Yo que aún estoy
giñau del gritaco ese que parecía el de los jinetes oscuros del señor de los pardillos, me voy incorporando y con paso indeciso, débil, dubitativo, que parece que llevara un resacón del diez, me voy acercando hacia la puerta de la calle y cuando paso el umbral de la puerta abierta, veo a un
negraco con ojos de Ozil, apoyado en el marco, serio. Parece sacado de una peli de vudú en
Jamaica. Pego un gritaco hacia el tercero a mi madre para saber si tiene llaves porque no quiero dejar la puerta abierta y así comprobar quien había muerto. Miro hacia el felpudo y veo que el
jamaicano tiene llaves en la mano, se las quito y parece que son las de casa, así que cierro la puerta y bajo para abajo, no va a ser para arriba. Llego cuando mi padre está cerrando la bolsa para cadáveres y sólo consigo ver que el muerto es otro negrito con una cara de espanto del copón. Total, que se lo llevan y cuando subimos en el ascensor los tres, una vecina más y dos machupichus que nos intentan vender un polo de color azul
gay cielo con un bolsillo debajo del cuello, que le digo que casi prefiero la
amarilla que lleva que parece del Decathlon. Y el otro, con cara de sapo, pegadito a mi espalda, que vamos más apretujados que en el metro de
Japón, y yo pensando como se me acerque más me la clava y le meto un codazo que cuando pasemos por el tercero va a salir del ascensor y va a entrar en el centro (que vive una cubana). Total, que nos sacan unas camisetas talla S con el logo de Superman, que no le caben ni al dedo gordo de la mano de Falete.
Yo que empiezo a pensar que he sido yo el que ha matado al negrito, y que la "cosa" esa era su alma. Y mientras mi padre no se que está haciendo en el bidé (parece que limpiándose una bota de monte) y mi madre en la cocina, yo como si estuviera haciendo el test "
Course Navette", del baño a la cocina, o como si fuera una pelota de tenis, les digo que yo lo había matado. No me hacen ni puto caso, así que me voy al cuarto de estar y se lo cuento todo a mi hermano enseñándole las marcas de los mecherazos. Él estaba sentado en el suelo, donde había estado Sindy y en cuanto se lo digo, pega un salto hasta el sofá del acojono. Entonces le pregunto:
- Mañana cuando nos despertemos volverá a estar
Iris (no le digo Sindy) de nuevo entre nosotros?
- Claro que sí -me contesta de forma jocosa, como queriéndome decir, pareces tonto.
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