La primera novela del más celebrado escritor japonés viviente, Arrancad las semillas, fusilad a los niños, narra las proezas de quince chicos adolescentes de un reformatorio, evacuados en tiempo de guerra a un remoto pueblo de montaña, cuyo alcalde cree que hay que suprimir a los revoltosos "desde la semilla". El narrador, que es el cabecilla de la banda, su hermano pequeño y sus colegas son todos los delincuentes marginados, temidos y detestados por los campesinos del lugar. Cuando se declara una epidemia, los habitantes del pueblo los abandonan y huyen, encerrándolos dentro del pueblo vacío; el breve intento de los chicos de construirse una vida autónoma de dignidad, amor y valor tribal, como reacción a la muerte y a la adulta pesadilla de la guerra, está condenado inevitablemente al fracaso.
Esta novela, en la que aparecen ecos desde Mark Twain y el Golding de El señor de las moscas hasta Mailer y Camus, encierra todas las cualidades que distinguen la escritura de Oé: su ira radical, su evocación de mito y arquetipo y su extraordinario estilo poético.
"Oé esta considerado unánimemente como uno de los mayores novelistas japoneses de la posguerra. Es fácil adivinar la causa: aquí, su escritura es vigorosa, abrasiva y horriblemente perfecta" (Publishers Weekly).
"Se leen estas páginas conteniendo la respiración, maravillados por su belleza, sobrecogidos por su violencia contenida" (Isabelle Fiemeyer, Lire).
"Un relato sombrío y violento, que también es una fábula sobre la historia, sin la alegría de una eventual redención" (Thierry Bayle, Le Magazine Littéraire).
"Un final bastante soso" (Enaut)
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