Ya en el Neolítico los primeros hombres recolectaban cereales y los almacenaban para su posterior
consumo. Al cocer los granos y fermentarlos en agua obtenían una bebida que se conservaba fácilmente y que era muy nutritiva. La primera referencia escrita sobre la elaboración de la cerveza se encuentra en una tablillas de barro sumerias. Éstas describen el método casero para elaborar una bebida a partir de pan de trigo y cebada mezclada con agua, que dejaban fermentar.
En la mitología egipcia se atribuye la creación de la cerveza a Osiris, el dios de los muertos y de la agricultura. Según narra la mitología, Osiris dio de beber cerveza roja a Sejmet, una leona sangrienta y asesina. Ésta había sido enviada por el dios Ra para castigar con crueldad a los humanos y darles un escarmiento. Pero Osiris intentó hacerle creer que la cerveza roja que le estaba ofreciendo era la sangre de los hombres que, presuntamente, habían sido castigados con la muerte. La leona bebió hasta saciarse y, tras unos momentos de embriaguez, acabó transformándose en Hathor, la diosa de la danza, de la música, de la alegría, del amor, de las fiestas y de la embriaguez.

El proceso egipcio de elaboración de la cerveza se iniciaba con la preparación de unas tortas de pan, hechas con cebada y cocidas parcialmente. Estas tortas se dejaban reposar sobre una plancha de metal agujereada, colocada en la boca de una tinaja, a modo de tapadera. Se echaba agua sobre la torta de pan, poco a poco, para que se fuera disolviendo lentamente. El líquido que caía se filtraba y se dejaba reposar en un ambiente cálido, hasta que se produjese la fermentación. El caldo, una vez llegado al punto óptimo de fermentación, se aromatizaba con azúcares provenientes de dátiles o miel y se trasladaba a unas vasijas de terracota, bien selladas, para facilitar su transporte y posterior almacenamiento.
Distinto libros de la Antigüedad hacen referencia a la fabricación y consumo de la cerveza, como El libro de los muertos, El libro de los sueños, El código de Hammurabi y varios textos antiguos chinos. Cada pueblo denominaba a esta bebida de una forma diferente; así, para los sumerios era "sikaru", para los egipcios era "zythu" y "heneket", para los hunos "camon", para los escitas "xytho", para los eslavos "kwasz" y para los chinos "tisú".

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