Centrada en el apasionante mundo de los yakuzas japoneses y coreanos, es una historia que nos sumerge en el complicado mundo de las mafias que luchan por el poder en el mundo del hampa japonés. El protagonista, Araragi, es un joven vietnamita que llega a Japón con la intención de hacerse un hueco en la "industria", pero las cosas son muy difíciles, porque no sólo tiene que enfrentarse a la yakuza, los digamos, "locales", sino que también tiene que competir con otro grupo criminal vietnamita liderado por una mujer, Wan Shuu Lee, con la que llega a cierto tipo de alianza para vengarse por la muerte su protectora. El protagonista se encuentra en medio de una situación que lo supera, pero está dispuesto a hacer lo que sea no sólo por vengarse, sino por conseguir su objetivo, que es hacerse con una pate del pastel.
Dinero, poder y sexo son tres motivaciones importantes para los humanos. En la sociedad en la que la mayoría de nosotros vivimos, se intentan controlar mediante el aprendizaje del uso de la razón y diversas técnicas, lo que puede provocar una tristeza o melancolía irresistibles. De todas formas, hay un cierto tipo de personas que no aprenden ni razones ni técnicas para evitar esas motivaciones. El tema principal de Araragi Express está basado en dos personajes que se encuentran en ese grupo, con dos estilos de vida totalmente diferentes.
Uno de los puntos focales de Araragi Express es el interés en ese punto en que chocan la supervivencia basada en el instinto casi animal y el concepto japonés de "guiri-ninjo" (guiri, "deber, lealtad" y ninjo, "caridad, compasión") tan presente en todas las actividades grupales japonesas. El drama resultante es representativo del dilema en que se enfrenta un hombre, o cualquier ser humano en sus decisiones más importantes. Y Araragi tampoco escapa a este dilema.
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