En el grupo del maestro zen Hakuin había un monje loco que pensaba que su ser había alcanzado la identidad del Buda. Arrancaba las escrituras budistas y usaba sus páginas como papel de retrete.
Otros monjes le llamaban la atención por ello, pero él no hacía caso, y replicaba con altanería: "¿Qué hay de malo en usar las escrituras budistas para limpiar el trasero de un Buda?"
Entonces, alguien repitió esto al Maestro Hakuin, quien preguntó al monje loco: "Dicen que estás utilizando las escrituras budistas como papel de retrete. ¿Es esto verdad?"
El monje loco dijo: "Sí. Yo soy un Buda. ¿Qué hay de malo en usar las escrituras budistas para limpiar el trasero de un Buda?"
Hakuin dijo: "Estás equipocado. Puesto que se trata del trasero de un Buda, ¿por qué utilizas papel viejo ya escrito? Deberías limpiarlo con papel limpio en blanco."
El monje loco se avergonzó y pidió disculpas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario