domingo, 17 de junio de 2012

Samurai

Tomiko vive pendiente del regreso de su esposo desde el día que le obligan a separarse de él. Su vida quedó ligada a Nagayuki cuando su padre, el rico samurai Hayato, adoptó al joven para educarlo y casarlo, más tarde, con ella. Sin embargo, la fortuna es incierta y juguetona, alza a unos y hunde a otros, y el samurai, acosado por urgencias económicas, tiene que enviar a Nagayuki a hacer fortuna a los EE.UU. Ante la triste impotencia de Tomiko.
Comienza así un largo período de callados sufrimientos para la muchacha, mientras el padre se niega a conocer el nuevo mundo que va invadiendo oriente. Anclado en el modo de vida antiguo, en el que la perfección era la meta de los samurais, Hayato no acepta que su hijo, educado en los principios de sabiduría y justicia, no pueda triunfar rápidamente y volver para salvar a la familia. Desconoce las penalidades del joven en América, la desesperada situación de los emigrantes, que en su gran mayoría sólo consiguen el desprecio y los malos tratos de los blancos. No puede dejar de hacerlo porque quiere ignorar una realidad occidental que poco a poco se va adueñando del Japón. Aparece el gran dilema de Nagayuki. Él había prometido volver cubierto de oro y un samurai cumple su palabra o muere. Los años pasaban y no regresaba, hasta que de pronto dejan de llegar sus esperadas cartas. A caballo esperando pacientemente el día de reunirse con su añorado esposo, al tiempo que aceptando dulcemente la ignoracia del padre.
Dos mundos que se superponen y se entrelazan entre sí en una lucha de la que ninguno puede resultar vencedor absoluto. Un relato apasionado que no pierde interés, hasta su sorprendente final. Una novela sencilla y poética, donde nos describe esta lenta evolución a través de una historia de amor enmarcada en un momento decisivo de la historia contemporánea: el del nacimiento del Japón moderno, muy distinto del Japón ancestral, agrígola y feudal.

No hay comentarios:

Publicar un comentario