jueves, 17 de mayo de 2012
La presa
Cuando, en los días de la guerra del Pacífico, un avión enemigo se estrella en las montañas de una aldea de cazadores, los habitantes capturan al único superviviente, un soldado negro. En una aldea hundida en un valle, en mitad de un bosque y aislada después de una durísima estación de las lluvias, cerrada la escuela, los niños descubren con la llegada del prisionero negro una realidad excepcional, entre el terror y el asombro. La contemplación de lo desconocido se disfrazará de amaestramiento. Pero el narrador, uno de los niños que vigilaron a la presa extraordinaria, irá adivinando que los amestrados son los que miran cada gesto del sorprendente soldado negro. El extraño altera el curso de los días repetidos: como si lo sagrado irrumpiera en la vida, y la transformara dotándola de un sentido nuevo. Como no el escritor ha comentado el miembro del negro y al final ha muerto alguien, como siempre.
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