jueves, 14 de julio de 2011

Cuentos amorosos chinos

El que tradujo este libro se confundió y en vez de trágicos puso amorosos. O los chinos cochinos entienden el amor de diferente manera. En El Cofrecillo de los Cien Tesoros, la amante se tira por un puente estando forrada. En las Agitadas bodas de Ya-Nei, si que comieron chow chow agridulce y fueron felices toda su vida en un todo a cien. En Un Amor Trágico, ya lo dice el título, acaba peor que las elecciónes generales del estado hispano opresor; se cepilla a su amante creyendo que era un fantasma. Llevaba la camiseta del Athletik? No? Pues no era un fantasma. En el Monasterio del Loto Precioso, 120 monjes acaban decapitados y el santo templo como Nadal cuando sabe que va a jugar una final contra Djokovic. En Un Engaño Doble acaba bastante bien, creo que no muere nadie. De ahí viene la frase "te han engañado como a un chino". Parece una película de los Hermanos Marx. Es interesante como se expresaban los orientales en esa época: Aquella noche las mariposas batieron las alas aún más que la noche precedente, y los apasionados fénix anduvieron convulsos. Echaron el polvo de su vida.
Si con mi vida no me quieres, tengo que morir para que mi alma pueda seguirte. Ahora le dices eso a una churri y se acojona o piensa: este me quiere bajar las braguitas. Y todavía más si ella tiene 13 años menos que tú. Alguno ha visto la Matanza de Texas? Pues así acaba el último cuento, La Zapatilla Bordada. Si ya lo dice el dicho: esto es un cuento chino, cochino.

Lo regalo. Hoy, bueno ayer, diía 9 de diciembre a las 6 menos 6 (=0), lo dejé para el que lo quiera en la Avenida Baja Navarra en el monumento ese que parece un pirulo al lado de la escultura de Sancho III Rex de los Panplonicas.

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