Un poderoso virus se desata. Desáááátame. Londres o London es un cementerio. Etá too lleno de cemento. Transmitido en una gota de sangre y con efectos devastadores a los pocos segundos, el virus aprisiona a los infectados en un estado permanente de ira asesina, convirtiéndolos en defensas del Mandril. Las calles antes abarrotadas están ahora desiertas. ¿despiertas? Las tiendas, vacías. Las de chuches también. Y reina un silencio total. En 28 días, acaba Febrero y el país entero está inundado de enfermos y sólo un puñado de supervivientes comienza su lucha por rescatar un futuro, advirtiendo en el intento de que el virus mortal no es la única cosa que les amenaza. Pepe anda suelto por ahí.
Si "esto" es la mejor película de terror británica de los últimos 30 años, ya se pueden dedicar los ingleses a hacer más Johnny English, Mr. Bean o Benny Hill.
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