Tras intentar por todos los medios entrar en el cuerpo de policía de Los Angeles sin éxito, Earl (Martin Lawrence-un payaso) hace que expulsen al agente Hank (Steve Zahn) por exceso de violencia. Cuando sale de la cárcel, Hank entra a trabajar como guardia de seguridad en la misma empresa en que trabaja Earl. Ahora, estos dos tipos que no pueden ni verse deben actuar juntos como polis para capturar a una red de contrabandistas, a la vez que intentan esquivar a la policía de verdad.
"El blanco es demasiado soso y el negro se pasa de listillo, como en todas sus películas."
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