domingo, 18 de marzo de 2012
Herida Abierta
En Detroit, deberían haberle puesto el nombre del detective Orin Boyd a alguna calle o edificio. Pero en lugar de eso, y tras acabar él solo con una banda de asesinos políticos, Boyd es sancionado y asignado como guardia de tráfico. Cincuenta kilos de heroína desaparecen de las cámaras de seguridad de la comisaría más estricta de Detroit. Y nadie sabe cómo. Supondrán para alguien -tal vez de uniforme- la nada despreciable cantidad de cinco millones de dólares. Eso siempre que nadie hable más de la cuenta. Drogas robadas, policías deshonestos. Latrell Walker , el dueño del dinero en el otro extremo del negocio, se plantea la pregunta de si todos los policías son corruptos. Pero cuando se cruza con Orin Boyd , descubre que nada es lo que parece, ni siquiera la ley.
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