Dice Pablo Antoñana que los asuntos tratados en este libro "siempre me han apasionado y me apasionan". "Soy discrepante en muchas cosas, busco limpiar de legañas mis ojos, y no atender a lo ya dicho como inapelable, el dogmatismo y lo ya sin modificación".
Los tres primeros trabajos tienen en común la guerra: "La Segunda Guerra Carlista, guerra de vascos", "La Guerra Civil" y "La Segunda Guerra Mundial".
Le siguen el dedicado a Arturo Campión, uno de los grandes silenciados (Pamplona, por ejemplo, no encuentra lugar para él en su callejero), y el dedicado a Iparraguirre, como fenómeno político carlista y tan ligado a las camapañas que pedían la reintegración foral plena.
El siguiente trabajo está dedicado a Estella, "itinerario sentimental de Estella", donde queda constancia del especial cariño que Antoñana tiene por la ciudad del Ega.
Finaliza con el trabajo "Casa y familia", recuento de un mundo que ya no existe; recopilación de datos, apuntes y expresiones populares sacadas de actas y archivos de su República de Yoar.
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