domingo, 19 de agosto de 2012

Diamantes para la eternidad

- No voy a acostarme con usted -dijo Tiffany Case, con voz tranquila-. De modo que es inútil que se gaste su dinero en intentar emborracharme. Pero tomaré otro y, probablemente, otro más después. Lo único que pasa es que no quiero causarle una falsa impresión al aceptar sus martinis con vodka.

Tiffany Case es una rubia bellísima, fría y endemoniadamente magnética, como los diamantes con los que trafica. La clase de mujer que irremediablemente le mete a uno en problemas, sobre todo si se la intenta utilizar. Es lo que James Bond está haciendo para lograr infiltrarse en una red internacional que introduce en EE.UU., vía Londres, las codiciadas piedras procedentes de África. Pero una vez en América el cazador es repentinamente cazado y se encuentra en un peligro mortal. Sólo una ayuda de lo más imprevista pondrá a 007 de nuevo en juego.

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