La bellísima Jillian Becker entra en la oficina de Elvis Cole con un encargo: encontrar un precioso manuscrito japonés del siglo XIII. Se trata de un código samurái, llamado Hagakure, que su jefe Bradley Warren pensaba exponer por todo lo alto en un lugar de lujo. Cole y su ayudante Joe Pike inician la investigación en el Little Tokio de Los Ángeles, y el detective no tarda en percatarse de que Warren no es tan inocente como en un principio parecía. Resulta extraño que entre los conocidos de éste se cuenten tantos yakuza y que, precisamente, todos ellos se encuentren, desde hace largo tiempo, bajo la vigilancia del FBI. No obstante, el control que esta organización ejerce no es todo lo eficaz que cabría desear, como deja al descubierto un acontecimiento totalmente inesperado.
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