Un hombre se encuentra repantingado en un teatro ocupando varias butacas con sus piernas y brazos estirados. Al ver su actitud el acomodador le pregunta con ironía:
- ¿Está comodo el señor? ¿Quiere que le traiga una cervecita?
- No, tío, llama a una ambulancia, que me he caído del palco.
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