jueves, 5 de abril de 2012

Mari

Es considerada como jefe de los demás genios. Este vocablo, que en algunas partes del país significa señora y que en este sentido se aplica al parecer al personaje mítico de que hablamos, va acompañado del nombre de la montaña o caverna donde, según las creencias de cada pueblo, suele aparecer el genio. Txindokiko Mari, le llaman en Amezketa y Marimunduko Mari, en Ataun.

Es posible que la palabra "Mari" deba su origen al nombre cristiano María. Otro de los nombres del mismo genio es "Maya", el cual parece estar en relación con el de su marido "Maju", genio éste que, a juzgar por las funciones que se le atribuyen, debe ser el mismo que Lope García de Salazar llamaba "Culebro" (padre de Jaun Zuria) y en Ataun lo llaman todavía "Sugaar" y en Dima "Sugoi". El nombre "Mari" puede igualmente tener relación con los nombres "Mairi", "Maide" y "Maindi" con que son designados otros personajes míticos.

Las leyendas atribuyen a "Mari" sexo femenino. Se presenta muchas veces en forma de señora elegantemente ataviada sosteniendo en sus manos un palacio de oro. En Leskun dicen que viste saya roja. Aparece también en forma de señora sentada sobre un carro que cruza los aires tirado por cuatro caballos. En figura de mujer que despide llamas la han visto en Zaldibia. Figura de mujer que despide fuego y que unas veces arrastra una escoba y otras unas cadenas, según el ruido que la acompaña, en Regil. Señora montada sobre un carnero, en Zegama y Oñate. Mujer grande cuya cabeza va rodeada de la luna llena, en Azkoitia. Mujer con pies de ave, en Garagarza. De figura de macho cabrio, en Auza del Baztán. De figura de caballo, en Arano y de novilla, en Oñate. En figura de cuervo la han visto en la cueva de Aketegi. En la de nube blanca se presenta, en Durango. Algunas veces la han visto en figura de arco IRIS. Muchas veces adopta la forma de hoz de fuego. Mari toma generalmente figuras zoomórficas en sus moradas subterráneas; las otras formas, en la superficie de la tierra y cuando atraviesa el firmamento. En Mutiloa cuentan que una hija de del caserío de Eguzkitza se convirtió en Dama de Aketegi (en Mari) porque tocó el arco-IRIS.

La morada ordinaria de Mari son las regiones situadas en el interior de la Tierra. Pero estas regiones comunican con la superficie terrestre por diversos conductos, que son ciertas cavernas y simas. Se señalan varios antros donde el numen se ha dejado ver. Entre otras, las cuevas y simas de Balzola, Amboto, Aketegi, Supelaur, Agamunda, Odabe, Akelarre, Leizia, Zehalburu, Azalegi, Otsibarre, Marixilo, etc...

Amboto
Créese, que las habitaciones de Mari se hallan ricamente adornadas y que en ellas abundan el oro y piedras preciosas. En la cueva de Aketegi las camas son de oro. En una leyenda de Zenarruza se refiere que Mari regaló a una cautiva suya un puñado de carbón que luego, al sacarlo de la cueva, se transformó en oro purísimo. También cuentan en Amezketa que Mari posee una devanadera de oro en Aralar. Delante de la cueva de Otsibarre (Canou) fue hallado un peine de oro que se supone que perteneció a un novillo rojo (Mari) que tiene allí su guarida. En cambio, según refieren en Zarautz, en la cueva de Amboto, donde aparece Mari muchas veces, existen objetos que parecen de oro; pero que, al sacarlos fuera, se convierten en palos podridos. Mari cambia de moradas, siete años pasa en Amboto, siete en Oiz y siete an Mugarra. Pasa unas temporadas en Aralar, otras en Aizkorri y otras en Murumendi.

En muchas mitos vascos es considerada Mari como jefe o reina de todos los genios que pueblan el mundo. En una leyenda de Azkoitia se dice que Mari tiene un marido que se llama Maju y que cuando ambos se encuentran, cae furiosa tempestad de lluvia y pedrisco. En una leyenda de Zumaia se dice que visita a Mari en viernes a las dos de la tarde.

Una hija del rey de Escocia llegó a Mundaka con sus servidores e hicieron allí su pueblo y que estando allí, durmió con ella en sueños un diablo que llaman en Bizkaia Culebro, señor de la casa, y que la empreñó y... la infanta fue preñada y parió un hijo, que fue ome mucho hermoso y de buen cuerpo y llamáronle don Zuria, que quiere decir en Castellano don Blanco... que fue el primer señor de Bizkaia. En ciertas leyendas se hace mención de dos hijas de Mari; en otras, de sólo una que la acompaña en su habitación; en otras, finalmente, se habla de dos hijos: Atarrabi, el bueno y Mikelats, el malvado.

Además de la innumerable servidumbre de genios que Mari tiene a su servicio, aparece a veces en su antro una joven cautiva. La cautiva se llama también Mari. Fue reducida a tal condición por diversos motivos, unas veces, en cumplimiento de una promesa de su madre, otras veces a consecuencia de su maldición. En otras ocasiones Mari se apodera simplemente de una niña que se acerca a su caverna. Así fue llevada una zagala a la cueva de Gabaro situada cerca de Markina. Allí la retuvo Mari durante algunos años ocupada en hilar. La educó esmeradamente y al cabo la despidió entrándole un puñado de oro.

Dicen en Zegarra que muchas veces se deja ver Mari en la cocina de su cueva, sentada junto al fuego, arreglándo su cabellera. En Oñate la han visto hilar. En Zuazo de Gamboa dicen que Mari hace ovillos con hilo de oro en su cueva de Amboto, colocando la madeja en los cuernos de un carnero que le sirve de devanadera. En Aketegi hace su colada en miércoles y cuece el pan en viernes: una nubecilla junto a la boca de aquella cueva anuncia tales operaciones. Según refieren en Oñate y Aretxabaleta, cuando Mari se halla en Amboto, llueve copiosamente; cuando en Aloña, hay sequía pertinaz. En Orozko dicen que cuando se halla en Supalur se recoge abundante cosecha. Mari fragua tempestades. En Zegama creen que las lanza, bien de la cueva de Aketegi, bien de la de Murumendi. Los vientos tempestuosos los saca de un pozo situado junto al puente de Mai-Mur, según creencias de Leitza. En Tolosa dicen que Mari, montada en un carro tirado por caballos, cruza los aires durante las tormentas, dirigiendo las nubes.

Mari premia la fe de quienes creen en ella. Mari atiende a quienes acuden a ella. Si alguien la llama tres veces seguidas diciendo Aketegiko Dama, ésta se coloca sobre su cabeza, según es dicho corriente en la región de Zegama. En ciertos casos se pedía consejo a Mari, y los oráculos de ésta resultaban verídicos y provechosos. Quien hace anualmente un obsequio a Mari no verá caer pedrisco sobre su cosecha. El mejor obsequio que se le podría hacer era sin duda llevar a su antro un carnero. El que va a consultar con Mari o a visitarla debe cumplir ciertos requisitos. Hay que tutearla al hablar con ella. Se debe salir de su caverna en la misma forma en que se introduce en ella, es decir, si uno ha entrado mirando hacia dentro, ha de salir también mirando hacia dentro (andando para atrás). Y no sentarse mientras uno se halla en la morada de Mari.

Este numen condena la mentira, el robo, el orgullo y la jactancia, el incumplimiento de la palabra empeñada y el faltar al respecto debido a las personas y a la asistencia mutua. Los delincuentes son castigados con la pérdida de lo que ha sido objeto de la mentira, del robo, del orgullo, etc. El que penetra sin ser invitado en las cavernas de Mari y el que se apodera indebidamente de algún objeto que pertenece a ella, es luego castigado o amenzado con castigo. Mari castiga muchas veces las faltas, enviando a los delincuentes inquietudes interiores. Castiga también apoderándose de algo que pertenece a los culpables. Si éstos son pastores, Mari les quita algún carnero. El castigo más ruidoso que envía Mari a los pueblos es el pedrisco. Ella misma o su hijo Mikelats lanza las nubes de tormenta desde el mundo subterráneo. Si no se logra evitar la formación de la tormenta, todavía queda el recurso de desvirtuarla por medio de gestos y fórmulas mágicas. Al ver acercarse una nube tempestuosa, un vecino de Ipiñizar arrollaba en la muñeca de su mano izquierda una yerba llamada Uztai-Bedar "yerba del arco-IRIS" o Rumex Crispus, y con la mano derecha señalaba a la tormenta el rumbo que debía seguir.

El relámpago o el rayo son fenómenos atribuídos a Mari o a sus mandatarios. Para evitar que caiga el rayo en una casa, es costumbre colocar un hacha en el portal con el filo mirando arriba. Se cree que el rayo es una piedra pulimentada (hacha neolítica) o una pieza de pedernal que es lanzada por el genio de la tormenta. A esta creencia responde el nombre Oñeztarri "piedra de relámpago" con que es designado el rayo en la región de Gernika. Esa piedra o hacha neolítica es considerada como símbolo del rayo que protege la casa donde se halle contra los malos efectos del temible meteoro. El símbolo de Mari es la hoz. Sabido es que Mari atraviesa el firmamento en figura de una hoz de fuego, según ciertas creencias y leyendas. Por eso este instrumento es considerado como protector contra el rayo en algunas regiones del país vasco, y es colocado durante las tormentas en la punta de un palo delante de la casa, a fin de evitar que el rayo caiga en ésta.

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