lunes, 12 de septiembre de 2011

Baxajaun

Baxajaun, señor de la selva (según Cuarto Milenio, de la selva de Irati), es el genio que habita en lo más profun- do de los bosques o en cue- vas situadas en lugares prominentes. Tiene cuerpo alto de forma humana, una pierna humana y la otra circular, como los animales; cubierto de pelo y poseedor de una fuerza descomunal. Su larga cabellera le cae por delante hasta las rodillas, cubriendo el rosto, el pecho y el vientre. Es el genio protector de los rebaños. Da gritos en las montañas cuando se acerca alguna tempestad para que los pastores retiren su ganado. Hallándose en el aprisco o en su vecindad no hay peligro de que el lobo se aproxime. Su presencia es anunciada por las ovejas, con una simultánea sacudida y sonido de sus cencerros. Entonces los pastores pueden echarse a dormir tranquilos, pues ya saben que durante aquella noche o aquel día el lobo, gran enemigo de los rebaños, no ha de venir a molestarlos.

Baxajaun es represen- tado a veces como ser terrorífico, de carácter maligno, dotado de fuerzas colosales y agilidad extraordi- naria. Otras veces se nos describe como el primer agricultor de quien aprendieron los hombres el cultivo de los cereales y como el primer herrero y el primer molinero, a quien robó el hombre (los cristianos, como siempre) el secreto de, la fabricación de la sierra, del eje del molino y del modo de soldar los metales. Es un genio civilizador que nos transmite los descu- brimientos tecnológicos a los humanos.

Cuentan en Ataun que los Baxajaun cultiva- ban el trigo en la montaña de Muskia, sita en aquel pueblo. Un hombre valeroso -San Martiniko- fue a visitarlos en su caverna. Disputando con aquellos genios que podía saltar todo el trigal de un salto, cayó deliberadamente en un montón de trigo que allí había, llenan- do de grano sus albarcas. Así, al regresar al pueblo, llevó en su calzado la simiente del precioso cereal. Al percatarse de este hecho, el Baxajaun lanzó su hacha contra San Martiniko, pero no dio en el blanco ni pudo impedir que el cultivo del trigo se extendiera luego a todo el mundo. Cuentan la misma leyenda en Albistur, en Zegama y en Kortezubi.

Gracias igualmente al empleo de un ardid, consiguó San Martiniko arrancar al Baxajaun (al diablo, según otras versiones) el secreto de la fabricación de la sierra, de la soldadura del hierro y del eje del molino. El Baxajaun fabricaba la sierra, según cierta leyenda de la región de Oiarzun; no así San Martiniko, que carecía de modelo para ello. Deseando éste conocer el secreto, envió a su criado a anunciar en el pueblo que San Martiniko había fabricado la sierra. Al oír esto, el Baxajaun le preguntó: "¿Es que tu amo ha visto la hoja del castaño?" "No la ha visto, pero la verá" -contestó el criado, quien refirió después a San Martiniko lo sucedido-. De ahí se propagó en la técnica de la fabricación de la sierra en el mundo.


Con igual treta logró San Martiniko averiguar cómo el Baxajaun hacía la soldadura de dos piezas de hierro, según lo refiere una leyenda de Kortezubi. Mandó anunciar que había descubierto el procedimiento para soldar el hierro. El Baxajaun preguntó al pregonero: "¿Es que San Martiniko asperjó con agua arcillosa las piezas de hierro?" "No lo hizo, pero ya lo hará" -tal fue la contestación-. Y como consecuencia de este nuevo secreto arrancado al Baxajaun o al diablo, la técnica de la soldadura del hierro se propagó por los pueblos.

Una leyenda de Sara refiere que el eje del molino de San Martín era de roble y se que- maba luego inutilizándose para el trabajo. El del molino del Baxajaun (diablo), en cambio, duraba mucho. San Martín mando anunciar que su molino funcionaba ya sin des- mayos. "Eso quiere decir que le ha puesto eje de alisos" -comentó el Baxajaun-. "Se lo pondrá" -contestó el prego- nero.- Y así, gracias al ardid de San Martiniko, los hombres pudieron beneficiarse de los molinos en todo el mundo.

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