domingo, 4 de septiembre de 2011

Lamiñ

Lamiñ, Lami o Lamiñaku es generalmente un genio de figura de mujer, salvo las piernas que son como patas de gallina. En Zeanuri, Orozko y Elantxobe créese que es como una mujer de pequeña estatura que tiene un solo ojo en medio de la frente.

El nombre de Lamiñ rara vez es empleado como propio de un genio determinado: en la mayoría de los casos es nombre común que se aplica a todos los genios de cierto tipo cuyos caracteres son los ya citados, así como el vivir en cuevas, en pozos y en antiguos castillos hoy abandonados.

Se ocupan frecuentemente en hacer la colada y en peinarse. Son conocidos los relatos en los que una Lamiña reclama con amenazas el peine que le habían robado. Una Lamiña y dos mozos que la pretendían aparecen en una lápida de Ibernalo, según me dijeron unos vecinos de Santa Cruz de Campezo. Hoy se halla en el Museo de Arqueología Alavesa (Gasteiz).

Requieren ofrendas. Si un labrador les deja algún comestible en la orilla de una heredad, las Lamiñas lo consumen de noche y, en recompensa, labran la tierra o terminan la faena que hubiese quedado incompleta en la heredad.

Es célebre la leyenda de la Lamiña de Kobaundi (Mondragón) que se enamora de un joven campesino; de las artes de éste para averiguar la edad del enamorado numen; de la pena, enfermedad y muerte del joven al enterarse de que su novia no es persona humana; del duelo de la Lamiña, etc.

El arado, tirado por bueyes, hizo desaparecer las Lamiñas. Según otros, la construcción de las ermitas rurales fue la causa de su desaparición.

El recuerdo de las Lamias ha dejado numerosos vestigios en la toponimia: Laminenziluak (cavernas de Camou-Cighi), Lamuxain o Lamusin (arroyo en Sara), Lamien-leze (caverna de Zugarramurdi), Lamiarri (peña de Arizkun), Lamirain (arroyo de Arano), Lamiarriaga (lugar de las piedras de lamias en Endarlaza), Lamiñosin (pozo de Ataun), Lamiñategi (arroyo de Mutriku), Lamiñazulo (caverna de Amboto), etc...

El tema del robo del peine a las lamias es frecuente. He aquí una fórmula recogida en Ataun, con la que aquellas aemnazan al ladrón:

Andra Geazi.
Ekatzu nere orrazi;
Bestela galduko ittut
Zure ondorengo azkazi!

(Señora Engracia, deme mi pene; si no, destruiré sus futuros descendientes).

Las lamias iban a las casas a pedir o exigir alimentos, particularmente grasa, el contenido de las ollas, harina y borona. En sus relaciones con los humanos aparece a veces la lamia enamorada con algún joven de la vecindad, tema que en algunas versiones entra en ael ciclo de Mari.

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