En Oslo, que no es la capital de Txek-Oslo-vakia, una famosa presentadora de televisión aparece (abracadabra) asesinada en su casa. Este será el primero de una serie de asesinatos escenificados con una perversidad refinada, detalle que hace suponer a la policía que el autor/a de los crímenes es un asesin@ en serie, aunque no vaya en serio. Los agentes Yngvar Stubo y la que fuera criminóloga del FBI (Federal Bureau of Investigation, como Mulder y Scully Dubi Doo) Inger Johanne Vik son designados para investigar el caso. Stubo y Vik (que no son marcas de bolis), que son pareja en la vida real y acaban de ser padres, comienzan su trabajo: mientras Stubo se centra en el análisis meticuloso de los detalles que rodean cada crimen, Vik ahonda en una teoría que adquiere fuerza a medida que traza el perfil del presunto asesin@: la posible conexión entre los hechos presentes y su pasado como miembro del FBI.
Hasta las últimas 50 páginas que no se sabe quien puede ser el asesin@, la novela es muy interesante, Luego, en vez de ser la policía quien descrubra quien es el perpetrador de los delitos, es la escritora quien lo descubre. El final es bastante soso para lo bonita que estaba siendo esta novela negra. Novela Negra, tampoco ve la blanca ni la amarilla.
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