De repente me veo que estamos en una cárcel, no sé si limpiándola. (En el curro estamos limpiando la nueva cárcel de Pamplona). Veo a **** con una amiga. Intento hablarle pero no me hace caso. Estoy tumbado hacia arriba en un sofá negro de piel con unos respaldos bastante altos. Me levanto y bajo la cabeza hacia atrás para mirar a **** pero sigue sin hacerme caso. Desisto y cuando iba a cerrar los ojos para dormirme, veo que se asoma por el respaldo del sofá. Se lanza por encima mía hacia el otro lado y su rodilla derecha casi me da en la entrepierna. Cuidadín... -le digo. Me pregunta cual es el código postal de Irati, como si fuera un pueblo. Tú que eres de la Aezkoa lo debes de saber -me dice. Me da a entender que le interesa alguien que se llama Roberto Robertiko que ha conocido en el Tuenti. Le digo que no lo sé y empieza a darme "besicos" en las mejillas intentando convencerme. Le sigo diciendo que no lo se y como no me cree me besa en la boca, un beso corto pero lleno de sentimientos. Tiene el pelo liso y largo y va maquillada con sombras en los ojos. A mí me gusta más cuando va sin maquillar, me gusta más su belleza natural. Está sentada sobre mí, empieza a excitarse, a gemir y a tocarse. Parece que le hubieran crecido las piernas, tengo el brazo estirado y mis dedos metidos en su... Cuando va a llegar al clímax, me despierto. Eran las 3 y 30 de la mañana.
Me vuelvo a dormir. (habría soñado que miraba el reloj y en realidad no me había despertado?) Inexplicablemente sigo soñando con el mismo sueño (nunca me había pasado). La vuelvo a ver. La sigo. Estamos los dos tumbados uno al lado del otro en una cama con un edredón oscuro, parece marrón. Le acaricio el brazo, tiene la piel un poco áspera. (Como la cal de mierda de las paredes de los baños de la cárcel). Está como dormidita. Abro un cajón de su mesilla y veo que tiene objetos míos a los que ya no les doy uso, como si fueran recuerdos. Una pelota verde de goma, un anillo del señor de los anillos (llevo uno igual colgando del cuello), una pelota de ping-pong de un bingo con el número "12" y un colgante que tiene una bolsita en la cual tengo guardado un corazón dorado. Hay más pero no lo recuerdo. Es como si fuera mi admiradora secreta. Le vuelvo a acariciar el brazo mientras la miro con ternura, y me duermo mientras la abrazo.
En algún lugar en el Arco Iris |
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